CÓMO CUIDAR LAS ROSAS EN FLOR
Ahora que ya sabemos qué necesita nuestro rosal, descubramos cómo cuidar las rosas cuando ya están en flor.
Para empezar, es importante que cuando la planta comience a rebrotar en primavera eliminemos los chupones. Esos tallos que crecen directamente del tallo principal de la planta, y que son únicamente ladrones de nutrientes. Este tipo de ramas no florece, pero sí puede provocar que el rosal no tenga recursos para hacerlo en condiciones. Es recomendable podar lo más cerca posible del tronco, y siempre en bisel opuesto. De esta manera, no podrán acumular agua y rebrotar para continuar agotando la planta.
Un aspecto que es fundamental a la hora de saber cómo cuidar las rosas es el riego. Uno que tendremos que administrar de distinta manera según el tipo de rosal. En el caso de rosales plantados en suelo y con ciertos años, podremos espaciar los riegos. Este tipo de plantas cuentan con un buen entramado de raíces y pueden buscar agua a buena profundidad.
Si se trata de un rosal joven, lo ideal es que mantengamos siempre húmedo el sustrato durante los meses en los que comienzan a subir las temperaturas. Un cuidado que también tendremos que aplicarle a los rosales miniatura.
En cualquiera de los dos casos, el tipo de maceta en el que estén plantados es importante. Para este tipo de plantas, las macetas de barro son lo ideal: mantienen la ventilación de la planta y permiten mantener un cierto grado de humedad. Para los rosales, siempre tendremos que evitar las macetas de plástico ya que pueden comprometer la salud de las raíces.
Es importante entender que un rosal seco tendrá rosas secas. Sin embargo, tan importante como es regar es hacerlo correctamente. Para cuidar las rosas, lo ideal es que reguemos la planta en su base evitando siempre mojar hojas o flor. En caso de hacerlo, podemos provocar la aparición de hongos. Unos malos compañeros de viaje para cuidar las rosas.
Y, para acabar, un último consejo para saber cómo cuidar las rosas y que nos duren más: eliminar las rosas marchitas. De esta manera, la planta no tendrá que gastar recursos para las rosas que ya están estropeadas y tendrá la oportunidad de concentrarse en las que están a punto de abrirse.